Te cuento mi experiencia con el método KonMari y te doy los puntos clave que Marie Kondo enseña en su libro «La magia del orden» para ordenar y reorganizar una casa. El método KonMari (o KonMari method) es un método muy eficaz para deshacerte de cosas innecesarias en tu hogar y perfecto si estás en busca de una vida más minimalista.
¡Hola, hola! No puedo creer que ya se termina febrero y yo apenas he podido medio regresar al blog después de lo que parecieran varias semanas de «descanso». Y lo escribo entre comillas porque, la verdad, he hecho de todo menos descansar.
Así que bueno, antes de empezar, quiero advertirles que este es un post largo y un tanto diferente a lo que comparto en The Sweet Molcajete. Pero, la verdad, cuando encuentro algo que impacta mi vida de manera positiva me gusta compartirlo con la esperanza de que le ayude a alguien más tanto como a mí 🙂
Si me siguen en instagram y vieron mis stories de enero ya tiene idea de lo que les voy a contar hoy. Pero para quienes no me siguen por allá, les cuento que estos últimos meses me dediqué casi exclusivamente a reorganizar mi vida, mi casa y mi mente, o sea, ¡TODO!
Tristemente, había llegado a un punto en el que me la vivía en constante estrés por todas las ocupaciones y demás responsabilidades que tengo como mamá, esposa y ama de casa. A esto, añádanle que me encanta bloggear y mi vida se estaba volviendo un completo caos por la cuestión de querer hacer todo y sentir que la vida no me alcanzaba.
Así que llegó un momento casi al finalizar el 2017 que dije: «¡ya no más!» Había llegado el momento de retomar el control de mis días y poder disfrutar más de mi familia que es lo que me importa más. Estaba realmente cansada de sentir que no podía dar espacio pleno a las cosas que más me importan y que más amo porque había muchas más que estaban allí robándoles ese espacio.
Claro que en ese momento no lo vi con tanta claridad como se los estoy platicando ahorita. De hecho, yo sentía que, a pesar de todo, llevaba una vida bastante organizada y es por eso que no me explicaba el por qué siempre estaba en constante estrés.
De hecho, me esforzaba por planear las comidas de la semana, llevo bastante tiempo siguiendo un «horario» para todas los «quehaceres» domésticos, intentaba seguir rutinas, etc. Pero no importaba lo que hiciera, los días se me iban como agua. Y al final de cada día terminaba exhausta y con la sensación de haber hecho mucho y no haber logrado nada.
Además, me sentía un poco frustrada porque hacía mucho que había dejado de hacer cosas por mí, cosas que me gustan y que simplemente ya no tenía el tiempo y a veces ni las ganas de hacer. Como leer (por puro placer), hacer ejercicio, aprender cosas nuevas, desarrollar habilidades.
¿Les ha pasado eso? Bueno, pues esta situación me estaba desgastando demasiado.
Retrocediendo algunos meses, a principios del 2017, ya habíamos hecho una evaluación de nuestra vida, nuestras pertenencias y nuestra manera de vivir. Mi esposo y yo nos vimos muy inspirados después de ver el documental de «Minimalism, a documentary about the important things» a eliminar todas esas cosas que no le añadían ningún valor a nuestra vida. Y sí, comenzamos a vivir una vida más minimalista.
Ya les había hablado un poco de esto aquí, así que en este post no me centraré en eso pero es importante que lo mencione pues me di cuenta que no había eliminado todo lo que debía completamente.
Sí, nos deshicimos de muchísimas cosas a principios del 2017, lo que sí afectó de manera positiva nuestra vida. Pero después de unos meses, sentía como si hubiera vuelto al mismo lugar de antes. Sintiendo que el tiempo no me alcanzaba para nada, mi casa hecha un caos la mayor parte del tiempo (y por lo tanto ocupando ese tiempo en mantenerla en orden) y sin poder disfrutar al máximo de lo que realmente me importa.
Así que bueno, para fines de año, y con el pretexto de que me estaba poniendo metas para este 2018, decidí por fin leer un libro al que ya le traía ganas desde hace mucho, «La magia del orden» de Marie Kondo.
¡Este libro no pudo haber llegado en el mejor momento! Porque, aunque Marie Kondo no se dedica a enseñar acerca del minimalismo, ella enseña lo que yo considero el mejor método para poder dejar ir todas esas cosas que ya no le agregan ningún valor a nuestra vida. Y es algo que podemos aplicar en nuestro día a día y no sólo con las cosas materiales.
Básicamente, Marie Kondo, enseña que la habilidad de mantener una casa ordenada es mantener en ella única y exclusivamente las cosas que nos inspiren felicidad. Todo esto se logra a través de una limpieza profunda donde desecharemos todo, TODO, lo que no nos inspire alegría.
Y aquí quisiera hacer un paréntesis, porque no quisiera que confundan esto con el hecho de decir que la felicidad se encuentra en lo material, porque no. Simplemente el saber qué función cumple cada una de nuestras pertenencias con relación a nuestra felicidad y paz mental.
Por ejemplo, una prenda de ropa que nos haga sentir cómodos y hasta nos haga sentir guapos nos da confianza y simplemente nos sentimos felices cuando la usamos. La ropa no es la razón de nuestra felicidad pero el que cumpla con su función de la manera más óptima sí que nos tiene contentos.
Pues así nos debemos sentir con cada una de las cosas que hay en nuestra casa. Felices de que estén en nuestra casa y que haya un propósito muy claro del por qué las mantenemos ahí. Además, ya que hayamos decidido qué cosas queremos conservar, es importantísimo darles un lugar a cada una, no importa si es un mueble o una tachuela.
El problema y el caos llega cuando no sabemos ni lo que tenemos. Es increíble el montón de cosas que alguien puede tener en su casa y que realmente ya ni cumplen ninguna función para nosotros. Muchas de las cosas que conservamos, lo hacemos por mero apego sentimental, por culpa o hasta por mala memoria (o mala maña). Y muchas otras las conservamos por el típico «pa’ cuando se ofrezca». De este último era culpable yo el 90% del tiempo.
Y sé que no soy la única. Todos nosotros, a quienes nos gustan los proyectos DIY y hacer cosas con nuestras manos, tenemos un sexto sentido para hallar funcionalidad en cosas que de otra forma ya no la tienen. Esto, sinceramente, es una virtud, pero se puede salir de nuestras manos cuando todo lo que conservamos «para cuando se ofrezca» comienza a invadir nuestro espacio y nuestra mente.
Eso fue lo que me pasó a mí.
Llevaba todos esos proyectos en mente como piedrita en el zapato recordándome que no he tenido el tiempo de llevarlos a cabo, y haciéndome sentir culpa por que quién sabe cuando lo iba a tener. Además me sentía culpable si decidía hacer esos proyectos sabiendo que había cosas más importantes qué hacer, como pasar tiempo con mis hijas y mi esposo, o cumplir con mis demás obligaciones.
Y quizá van a decir ustedes que qué exagerada soy, así que antes de continuar, debo aclarar que soy el tipo de persona que NECESITA vivir en una casa ordenada para poder hacer cualquier cosa. Así soy, y es algo que no puedo cambiar, el desorden me genera bastante estrés y, para bien o para mal, eso me obliga a ser una persona organizada.
Por ejemplo, no puedo ponerme a cocinar a gusto si mi cocina no está limpia. Otra vez, sé que no soy la única.
Y es que, no podemos negar que el desorden evita que nuestro hogar se inunde de vibras positivas y de un sentimiento de relajación y de saber que estamos en nuestro «happy place». Porque sí, para mí, mi casa es mi «happy place». Mi casa es el lugar donde puedo hacer memorias con mi familia, donde puedo descansar, donde mi creatividad me impulsa a soñar y cumplir sueños.
Marie Kondo lo explica muy bien en su libro, nuestro hogar no es simplemente un hogar, debe ser un santuario donde podemos relajarnos y vivir en completa paz.
Les aseguro que si abrimos un clóset y está todo desordenado y tan apretado de tantas cosas que hay que ni sabemos qué son, eso no nos hará sentir paz. Más bien, eso nos hará querer salir corriendo de ahí. Y así es como empezamos a evitar ciertos espacios de nuestra casa. Sin embargo, cada uno de sus rincones nos debería generar un sentimiento de paz y tranquilidad.
Y aquí es donde quisiera hacer la conexión de lo que aprendí de este libro y mi propósito de llevar una vida minimalista.
El minimalismo no significa tener menos cosas. No se trata de deshacerse de todas nuestras pertenencias y dejar una casa tan vacía que ni siquiera eso nos inspire alegría.
Más bien, se trata de mantener única y exclusivamente las cosas que le añaden valor a nuestra vida. No sólo tener cosas porque sí, sino que nuestras pertenencias (o cualquier cosa que rodea nuestra vida) tenga una razón de estar ahí.
Cuando digo la palabra «valor», esta puede significar muchas cosas y para cada quién será algo distinto: felicidad, inspiración, amor, creatividad, conocimiento, sentimientos positivos. Todas esas cosas que son importantes y que al final nos ayudan a vivir una vida más plena y con más propósito.
Y es aquí donde el método de Marie Kondo me cayó como perlas para ayudarme a saber qué cosas son las que realmente le añaden valor a mi vida y la hacen una vida feliz.
Quizá muchos de ustedes ya están a otro nivel y saben perfectamente lo que quieren, aunque eso pensaba yo también. Así que hacer este ejercicio les puede traer varias sorpresas, como las que me llevé yo.
Pero, ¿de qué trata el método KonMari?
El método KonMari (o KonMari method) propone que tomemos en nuestras manos cada cosa que hay en nuestra casa y nos demos unos segundo para pensar «¿esto me hace feliz?» y si la respuesta es no, debemos deshacernos de ella, sin pensar más, sin titubear. Después de hacer esto, felizmente terminaremos únicamente con las cosas que SÍ nos inspiran alegría.
Hacer esto, para mí, fue la clave que me ayudó a deshacerme COMPLETAMENTE de todo lo innecesario que había en mi casa, sin culpas ni remordimientos. Sin estar pensando «¿y si algún día se me ofrece?». Créanme, si no se nos han ofrecido esas cosas en los últimos 6 meses, 2 años, o 10 años, nunca se nos van a ofrecer.
Y crean o no, este ejercicio te ayuda a ser más consciente en cuanto a todo lo que entra a tu casa a partir de ese momento. También te ayuda a evaluar todo lo demás que hay en tu vida y que no es necesariamente algo material.
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¿Estamos llenos de compromisos innecesarios que ni siquiera nos hacen felices?
¿Qué tal todas esas amistades tóxicas que nos han hecho daño, nos han detenido de progresar, o simplemente nos hacen perder el tiempo o no nos traen nada bueno?
¿Hay cosas en nuestro pasado que necesitamos dejar ir?
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Les prometo que esta limpieza profunda va más allá de los rincones de nuestra casa, nos despeja la mente y en verdad pone en orden nuestra vida.
¿Cómo funciona el método KonMari?
El primer paso del KonMari method, además de comprometerse a hacerlo, es visualizar nuestro destino. ¿Qué quiero lograr con esto? ¿Cómo quiero que sea mi vida después de esto? ¿Qué tipo de vida sueño con tener?
Si hacemos esto, y lo tenemos en mente en cada momento del proceso, será mucho más sencilla la toma de decisiones. Si nos encontramos con cosas que nos hacen dudar si las debemos conservar, debemos regresar a esta visualización de nuestra vida que hicimos al principio y sabremos si es algo necesario para llegar a ese destino al que queremos llegar.
Después de eso, ya viene lo divertido, que es ponerse a descartar, organizar y convertir nuestros espacios en nuestros lugares preferidos.
Lo importante es seguir el orden de las categorías y que juntemos todo, absolutamente TODO, lo que pertenezca a cada categoría en un sólo lugar para entonces evaluar si queremos conservar esas cosas.
Podrá parecerles un poco exagerado, aburrido, o que les tomará mucho tiempo tomar cada cosa en sus manos para decidir si se quedan con ellas o no pero, créanme, es necesario. No es hasta que vemos toda la cantidad de cosas que poseemos de cada categoría que podemos darnos cuenta del exceso innecesario.
Y no les voy a mentir, si ustedes deciden hacerlo, es algo que les tomará un buen tiempo, pero vale muchísimo la pena. También les prometo que, mientras avancen en el proceso, la toma de decisiones será cada vez más fácil.
De hecho, si ustedes también quieren hacer una limpieza profunda, les preparé este pequeño «checklist» que seguro les ayudará a mantenerse motivados. Además será más fácil llevar un control de las categorías que han cubierto y podrán sentir mucha satisfacción al ver su progreso cuando empiecen a palomear ✅ lo que ya hicieron 🙂
Descarga tu checklist del método KonMari aquí
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Para quienes vivimos con otras personas, tengan en cuenta que no pueden tomar desiciones por otros o deshacerse de cosas que no seas de ustedes sin consentimiento de los demás. Encárguense de sus pertenencias e inviten a los demás que viven con ustedes a hacerlo, porque recuerden que «a la fuerza, ni los zapatos entran».
Esto es todo un proceso y quizá tomará tiempo para que los demás entiendan completamente el propósito de nuestra limpieza, pero les prometo que no es difícil. Si compartimos lo que vamos aprendiendo con aquellos que queremos que nos acompañen en este recorrido a una vida con más propósito y menos excesos, todo será más fácil.
Por ejemplo, cuando yo comencé a leer el libro de Mari Kondo, le iba comentando mis impresiones a mi esposo. Hice anotaciones en mis notas del teléfono y las compartí con él (ya sé, soy muy nerd 🤓). No estoy segura de que las haya leído la verdad, jaja, pero al menos así le mandé el mensaje de que esto iba en serio.
Después, a la mañana siguiente que empecé a leer el libro (porque me lo aventé en 3 noches 😅) comencé con la limpieza profunda. Saqué toda mi ropa del clóset y le fui mandando fotos del proceso: de lo que tenía, lo que descarté y de lo que decidí conservar. No les voy a mentir, pero el regresó del trabajo ese mismo día todo animado ¡y se puso a hacer lo mismo con su ropa! 💪🏽😅 Ni siquiera tuve que pedírselo.
Cuando tenemos otras personitas a nuestro cargo, y que sabemos que son muy pequeñas aún, pues a nosotros nos tocará tomar las decisiones por ellas. Pero les recomiendo que los hagan partícipes del proceso, para que ellos comprendan el por qué de todo esto. Explíquenles que algunas de sus cosas se irán a manos que las necesiten o que las aprovecharán más, y eso hará muy feliz a otro niño.
Con mis hijas, yo me encargué de organizar la ropa pero tomé mucho en cuenta lo que he visto que les gusta a ellas. Por ejemplo, a mi hija de 3 años le encanta un vestido azul que, si por ella fuera, se lo pondría toooodos los días. Ese vestido no es mi favorito, pero decidí conservarlo, por ella. Es bueno que los niños también identifiquen y sepan reconocer esos sentimientos de las cosas que les inspiran felicidad.
Con los juguetes, por otro lado, tomé las decisiones yo casi por completo. Los juguetes son algo un poco más delicado, porque los niños tienden a «amar» todo lo que tienen cuando lo ven, aunque sean cosas que ni recordaban que tenían o que ni jueguen con ellas.
Lo que hice fue que, durante los días que estuve organizando mis pertenencias, las estuve observando muy atentamente y más conscientemente para darme cuenta qué juguetes eran los que disfrutaban más.
Mi hija mayor (de casi 7 años) pudo ayudarme un poco con esto, y logramos reducir bastante el número de juguetes en su recámara. Ella pudo aprender que no es necesario tener todas las cosas, simplemente aquellas que las hacen felices. Y hoy, a casi dos meses de haberlo hecho, les puedo decir que ya estamos listas para otra ronda de limpieza y esta vez será mucho más fácil decidir qué se va y qué se queda 🙂
En fin, hacer esto fue todo un proceso, y para serles sincera, aún no termino. Pero empezando por las categorías principales es que fui despejando los espacios más importantes o en los que pasamos la mayor parte del tiempo.
Aún me falta mucho, como la pequeña bodega del jardín, toda la ropa que mis hijas han ido dejando conforme han ido creciendo y que he guardado «por si tengo otro bebé», y todos los objetos sentimentales (como fotos, cartas y otro tipo de recuerdos). Pero para eso ya me estoy dando más tiempo.
No se trata de hacer todo en un día, eso sería casi imposible. Tampoco se trata de sentirnos agobiados o estresados por el proceso. Pero sí es importante que, una vez que iniciemos, no paremos hasta terminar. No importa si esto nos toma 1 semana, 2 meses o medio año. Lo importante es terminar.
Y créanme, una vez que empiecen, ¡no querrán parar!
Es bien padre poder entrar a cada espacio en tu casa y ver únicamente cosas que te gustan en verdad; y ese sentimiento de llegar a una casa ordenada en la que podemos relajarnos y hacer lo que nos plazca es lo máximo.
Y ahora, ustedes cuéntenme, ¿también buscan reducir el exceso de cosas en casa? ¿Qué cosas les ha funcionado hacer?
Espero que esto que les compartí les sea de ayuda. ¡Cuéntenme qué piensan en los comentarios! Y síganme en instagram, que por allá les seguiré contando cómo el método KonMari ha cambiado mi vida 😉 De hecho, allá se han quedado grabados en mis highlights todos los videos en cuanto a esto`: fotos del antes y después de algunos espacios en mi casa; de hecho, ¡tengo un story dedicado especialmente a la cocina! y mucha más información que seguro les será muy útil. Me pueden también mandar preguntas or DM y con gusto les contestaré.
Un abrazo a todos ¡y que tengan un maravilloso inicio de mes!
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Me encanta, Mich, qué padre y qué envidia!!!!! Ya ves que yo también hice una pausa, aunque más breve, para tratar de organizar mi vida, más que mis cosas. Pero me encantaría en algunas vacaciones tomar tiempo para deshacerme de las cosas, más ahora que nos vamos a cambiar de casa. Quiero empezar bien!!!!
Gracias por compartirnos las cosas, me gustan este tipo de posts, aunque sean distintos a lo que normalmente haces 🙂
Qué padre que te haya gustado Ro! La verdad no te imaginas el cambio hasta de ánimo que uno experimenta después de hacer esto, cuando hice lo de mi ropa hasta me sentí más ligera esa noche que me fui a acostar 😅. Sí deberías hacerlo precisamente ahora que te vas a mudar. Cuando yo estaba en el proceso era una de las cosas que pensaba, «no me quiero quedar más que con las cosas que me gustaría llevarme a otro lugar en caso de mudarnos». ¡Es súper liberador! Me cuentas cuando lo hagas Ro, me tiene muy emocionada saber que pronto estarás en tu casa nueva!
Buenos días estimada paisana Michelle. Nunca había recibido un correo tan oportuno como eol tuyo por que casualmente llegué a la misma conclusión y estoy reordenando mi casa. Como hace falta una ubicación para hacer las cosas bien. Un placer haberte leído. Saludos a la distancia desde Costa Rica.
PD: yo estaba inscrito con otro correo. Tuve que cambiarlo.
Hola José! Me da muchísimo gusto que este post te haya sido de ayuda. La verdad, creo que son cosas que en el fondo todos sabemos, y es padre cuando tenemos una guía más clara que nuestro propio juicio para ayudarnos a hacer las cosas mejor. Para mí, esa guía fue el libro de Marie Kondo y por eso quise compartirlo con todos ustedes que me leen. Muchas gracias por escribir, te deseo muchísima suerte en tu jornada de organización. Un abrazo fuerte hasta Costa Rica!