Les comparto un vistazo a nuestras vacaciones familiares en la Playa de la Riviera Maya.
¡Por fin! Después de 2 largos meses de regresar de nuestras vacaciones de ensueño, tengo oportunidad de compartir con ustedes poco a poco lo que fue nuestra visita a México, lo que disfrutamos, lo que nos enamoró y por supuesto, lo que comimos.
Para quienes son nuevos visitando el blog, debo contar un poco el por qué este viaje fue tan especial para nuestra familia, y es que después de 10 años de haber dejado mi país hermoso para venir a estudiar a EUA, finalmente tuve la bendición de regresar y ahora hacerlo con la familia que he formado (mi esposo y yo nos conocimos y casamos acá) y disfrutar con ellos mucho de lo que hemos extrañado todos estos años. Y mis hijas, bueno, no sólo fue su primera vez visitando México, vivieron muchas primeras veces en este viaje así que eso hizo estas vacaciones aún más memorables 🙂
Debo confesar que estaba medio nerviosa de viajar con mis hijas, es la primera vez que hacemos un viaje tan largo con ellas, pero nos fue mucho mejor de lo que esperaba; y siguiendo los tips de muchos de mis amigos, fue más fácil de lo que pensé (lo dejaremos para otro post, porque vale la pena compartirlo también 😉 ).
Como viajamos de noche, llegamos súper tempranito a Cancún donde ya nos esperaba mi papá con los brazos abiertos. Mis hijas andaban tan felices de conocer y reconocer a su abuelito, fue uno de los eventos más importantes cuando estuvimos por allá.
Nos recibió un calorcito rico y húmedo, que por cierto hace mucho no sentía, y nos hizo gritar por playa en el segundo que pisamos tierra mexicana.
Nuestra estadía fue muy cortita (2 días) pero lo disfrutamos al máximo y no pudimos haber comenzado de mejor manera nuestras vacaciones familiares que visitando las playas más bonitas de México (aunque mi esposo diga lo contrario, jaja, luego sabrán por qué).
Nos hospedamos en el hotel Grand Palladium Riviera ¡y nos encantó! El servicio es buenísimo, los cuartos amplios, limpios y perfectos si viajan con niños. Como teníamos corto el tiempo, no pudimos estar en un mejor lugar, aquí teníamos acceso a todo lo que buscábamos rápidamente; a pesar de que el hotel es enorme, te pueden llevar en carritos de un lugar a otro si lo necesitas. Como sea, nosotros teníamos lo más importante súper cerca, la playa estaba justo en frente del edificio donde nos hospedamos, sólo teníamos que caminar por un puentecito por unos metros y ¡boom¡ ¡El paraíso!
Esta fue la primera vez de mis hijas en la playa, así que ya se imaginarán, fue una experiencia inolvidable y divertida. La más pequeña estaba asombrada con todo, creo que sentir la arena en sus pies y poder jugar con ella fue su parte favorita.
A mi hija mayor le fascinó encontrarse en medio de la selva, jeje, encontrarnos con animales como iguanas y mapaches mientras caminábamos y por supuesto la inmensidad del mar. Con la energía impresionante que tiene mi hija, pues se la quería pasar en el agua; y aunque le encantó meterse al mar, para nadar y jugar prefirió siempre las albercas, ¡sobre todo después de que nos pasó una pequeña mantarraya por los pies! Jajaja.
Definitivamente, fue una experiencia relajante y maravillosa. Disfruté de la primera vez de nuestras hijas en la playa como si fuera la mía también 🙂 Teníamos muchas ganas de visitar las Ruinas de Tulum, pero sólo disponíamos de dos días, y con dos niñas que no les gusta viajar distancias largas en carro, decidimos mejor quedarnos a disfrutar de la playa, las albercas y la comodidad del hotel. Sinceramente, yo seguía cansada del viaje y las niñas estaban disfrutando tanto que no quisimos interrumpir su felicidad, jaja. Mi esposo y yo ya conocemos Tulum, así que ya tendremos oportunidad más adelante de aventarnos un tour con más tiempo por toda la Riviera Maya, sus Ruinas y todos los lugares tan hermosos que hay allá.
Quedamos muy felices con nuestros dos cortos días en la playa, y estar en un hotel donde no te tienes que preocupar por cocinar, limpiar, y todas esas divertidas labores domésticas, ¡yo era la más feliz! Aunque ya moría por caminar por las calles de mi México, probar comida deliciosa y sumergir a mis hijas en la hermosa cultura y tradiciones de nuestro país. Porque, por muy hermosa y cómoda que es la playa en un hotel, no es lo mismo visitar México que vivirlo!
Nuestra próxima parada ¡Mérida! Pronto les comparto nuestra experiencia en la Ciudad Blanca. Tenía pensado compartir nuestra estancia en la playita y Mérida en un solo post, pero les soy sincera, Mérida es tan hermosa que merece un espacio para ella solita 🙂
Si me siguen en Instagram, seguro ya han visto algunas fotos de nuestras vacaciones en México, pero tengo mucho, mucho que contarles aún.
¡Que tengan un excelente fin de semana!
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Que lindo viaje!!!!
Gracias Mon!!! Apenas empiezo, me falta un montón, jaja. No sé cómo le hacen ustedes que comparten luego luego de los sucesos, jajaja. Un beso
Qué lindas fotos, Michelle, amo a tus hijas!!!!!!!
Emmita te recuerda mucho! Le caíste súper bien también :). Gracias por pasar amiga!
Que viaje tan bonito. Despues de tantos años tuvo que ser muy emocionante